La sustancia del alcohol ha sido catalogada como un medio de socialización y diversión que se caracteriza por provocar un estado de euforia o relajación, dependiendo el caso de cada individuo. Sin embargo, muchas de las personas que lo consumen lo hacen por miedo a ser rechazados por su círculo social o simplemente por seguir la tradición cultural que se ha inculcado en estas reuniones o fiestas sociales. “Existe una gran presión social en cuanto a la ingesta de alcohol, sobre todo en las personas jóvenes. El alcohol les otorga mayor estatus social, factor muy importante a estas edades, ya que se busca ser ‘popular’ y fomenta la integración social” (Orbium, 2021). 

 

También el consumo excesivo que se genera en los jóvenes muchas veces es impulsado por el ambiente en el que fueron criados ya sea de su círculo social o familiar, así como lo demuestra la entrevista de la historia de vida de uno de los miembros de la comunidad alcohólicos anónimos La fraternidad, su historia permeada en el alcohol comienza en el evento de su primera comunión donde él asegura haber sentido euforia de tomar aquella copa de vino en la iglesia, hasta llegar a tener su experiencia de borrachera en su celebración por este acontecimiento, en presencia de sus familiares y amigos. Además de que este ser humano creció en un círculo familiar que se conforma por su madre, padre y hermano donde estuvo permeado fuertemente por sustancias psicoactivas y alcohol. 

 

Asimismo, historias de vida como la de este joven se convierte en un patrón frecuente en nuestra sociedad, en el que refleja cómo los jóvenes se ven sumergidos en esta sustancia por la influencia a la que se someten desde una corta edad porque el círculo social en el que se desarrollan hay presencia de estas mismas. En la entrevista con Jorge Calle, médico psiquiatra, explicaba cómo el gusto por el alcohol se interpreta como un síntoma de alerta. “Convertir el gusto por dependencia es un síntoma de alerta. En situaciones como, cuando no son capaces de frenar varios días, o cuando lo tienen que hacer varios días seguidos y su funcionalidad no es adecuada, o cuando toman al otro día para no sentir el guayabo” (Calle, 2022). Pero, para una mente joven esto siempre va ser justificado por un rato de diversión nada más, no van más allá del asunto.

 

Según el artículo, el alcohol como problema social, indica que el impacto del alcohol se ve más marcado en la población joven y esto se traduce en accidentes, suicidios y altercados públicos. También resalta que los jóvenes que presentan estos comportamientos tienen cuatro veces más probabilidad de sufrir de una dependencia alcohólica en su etapa de adultez. De esta manera, se puede entender más a profundidad el porqué los jóvenes se han convertido en los protagonistas de sufrir este fenómeno, gracias a que la sociedad ha marcado como cultura ingerir dosis de alcohol exageradas cuando se realizan encuentros sociales. Así como se evidencia en el voxpop de jóvenes, donde algunos de ellos afirman que esta consumir esta sustancia los hace ponerse en ambiente, un ambiente que les permite salir de su zona de confort sin importar las consecuencias que pueda traer al otro día.